Facilitación
Las aduanas, los servicios de inmigración y salud y otras autoridades públicas suelen exigir una gran cantidad de documentos vinculados al buque, a su tripulación, a los pasajeros, al equipaje, a la carga y al correo. El papeleo innecesario es un problema en la mayoría de los sectores, pero en el transporte marítimo probablemente sean aun peor dado su carácter internacional y a la tradicional aceptación de formalidades y procedimientos.
El objetivo principal del Convenio para facilitar el tráfico marítimo internacional (Convenio de facilitación) de la OMI, adoptado en 1965, es lograr que el transporte marítimo sea lo más eficiente posible, procurando el tránsito fluido de buques, cargas y pasajeros en los puertos. Esta eficiencia repercute de manera evidente en el crecimiento del comercio y, por consiguiente, en la economía.
El Convenio de facilitación comprende "Normas" y "Prácticas recomendadas" en relación con las formalidades, documentos y trámites aplicables a la llegada, estancia y salida de buques, tanto en lo que respecta al buque en sí como a su tripulación, pasajeros, equipaje y carga.
El Comité de facilitación está trabajando en forma conjunta con los Estados Miembros para procurar que los buques se trasladen de un puerto a otro sin retrasos innecesarios, simplificando y reduciendo el papeleo y los trámites durante su estancia y partida en viajes internacionales. La OMI se propone que todos los Estados miembros y al sector del transporte marítimo, en su conjunto, participen en tales actividades a fin de mejorar y facilitar el paso fluido de los buques.
El tránsito marítimo puede verse fácilmente interrumpido por largas demoras debido a incidentes relacionados con la seguridad (por ejemplo, polizones o inmigrantes ilegales a bordo del buque, o tráfico de drogas). Otras de las repercusiones negativas que afectan al transporte marítimo son la desmesurada documentación solicitada en los puertos de escala, los largos procedimientos aduaneros y las inspecciones interminables. Los retrasos prolongados implican trabajo adicional para las autoridades portuarias y aduaneras, mayores costos para los propietarios y armadores de buques, presión para los capitanes y miembros de la tripulación que tienen que entregar la mercancía a tiempo, la pérdida de cargas e incluso la pérdida de fletes para los propietarios de buques.
La Organización ha elaborado siete formularios normalizados relativos a la llegada y salida de personas y mercancías, y está promoviendo el uso generalizado del intercambio electrónico de datos (IED) entre buques y puertos.