Los países de la región del mar Rojo están tomando medidas para mejorar sus sistemas de preparación y respuesta ante sucesos graves de contaminación del mar por hidrocarburos y sustancias nocivas y potencialmente peligrosas. 

Un cursillo subregional celebrado en Hurghada, Egipto, del 5 al 8 de mayo, reunió a 18 funcionarios de Arabia Saudita, Djibouti, Egipto, Eritrea, Jordania, Somalia y Yemen para desarrollar competencias técnicas, mejorar los mecanismos de coordinación y reforzar los planes de contingencia ante tales derrames.  

La zona del mar Rojo, una de las rutas marítimas más importantes del mundo, sigue enfrentándose a riesgos de protección marítima relacionados con tensiones geopolíticas más amplias, que han provocado algunos sucesos marítimos. La atención se centró en dotar a los funcionarios y al personal de respuesta de las capacidades y los conocimientos necesarios para gestionar y mitigar sucesos graves de contaminación del mar, al tiempo que se hizo hincapié en la importancia de la colaboración, la comunicación y un enfoque regional coordinado entre los Estados, los organismos de las Naciones Unidas y los asociados internacionales.

Los expertos impartieron sesiones en profundidas sobre prevención contra los derrames de hidrocarburos, estrategia de respuesta a emergencia y coordinación interinstitucional. Los participantes realizaron ejercicios de simulación y revisaron estudios de casos reales relacionados con el MV RUBYMAR, el MV SOUNION y el ASL BAUHINIA, todos ellos ocurridos en el mar Rojo. Estos casos ilustran los complejos retos que plantean los sucesos de contaminación por buques en un entorno geopolíticamente tenso.

El cursillo fue organizado por el Centro de Ayuda Mutua de Emergencia del mar Rojo y el golfo de Adén (EMARSGA) e impartido con el apoyo de la Organización Regional para la Protección del Medio Ambiente del Mar Rojo y el Golfo de Adén (PERSGA), a través del Programa integrado de cooperación técnica (PICT) de la OMI.  

Se espera que la actividad mejore la coordinación interinstitucional, impulse sólidos planes regionales de contingencia para derrames de hidrocarburos y sustancias nocivas y potencialmente peligrosas, y aumente las capacidades generales de preparación y respuesta de los países ribereños del mar Rojo.