Un cursillo nacional celebrado en Antananarivo (Madagascar) del 14 al 17 de mayo ha puesto de relieve la importancia del Convenio sobre la gestión del agua de lastre (Convenio BWM) y el Convenio internacional sobre el control de los sistemas antiincrustantes perjudiciales en los buques (Convenio AFS) para la protección del medio marino y la biodiversidad.

El Convenio BWM, que entró en vigor en 2017, tiene como objetivo prevenir la propagación de organismos acuáticos perjudiciales en el agua de lastre de los buques de una región a otra. Para ello, exige a todos los buques de tráfico internacional que gestionen el agua de lastre y los sedimentos de acuerdo con un plan de gestión específico para cada buque. Todos los buques deben llevar también un libro de registro de aguas de lastre y un Certificado internacional de gestión del agua de lastre. 

El Convenio AFS entró en vigor en 2008, estableciendo controles sobre determinadas sustancias perjudiciales en los sistemas antiincrustantes, incluidos los compuestos organoestánnico y, a partir de 2023, la cibutrina. También proporciona un mecanismo para introducir controles sobre sustancias adicionales en el futuro.

A través de presentaciones, debates en grupo y ejercicios de escenificación, veintisiete funcionarios gubernamentales abordaron las medidas que deben adoptarse a escala nacional para aplicar y hacer cumplir los convenios. Los temas tratados incluyen: una visión general de la gestión del agua de lastre y los sistemas antiincrustantes; una visión general del Convenio BWM y el Convenio AFS y de las Directrices relacionadas; comprender las obligaciones de las Partes en virtud del Convenio BWM y el Convenio AFS; supervisión del cumplimiento y ejecución para la supervisión por el Estado rector del puerto; mitigación de riesgos; y otros aspectos técnicos y normativos.

Desde la adopción de estos Convenios, la OMI ha organizado cursillos nacionales y regionales para animar y ayudar a los países a ratificarlos, implantarlos de forma eficaz y hacerlos cumplir. Esto ha contribuido a un crecimiento constante del estado de ratificación de estos convenios, lo que contribuye a mejorar la protección del medio marino.

El cursillo fue organizado por la OMI y acogido por la Agence Portuaire Maritime et Fluviale (APMF) de Madagascar, a través del Programa integrado de cooperación técnica (PICT) de la OMI